miércoles, 5 de agosto de 2015

Anatomía del Aparato Estomatognático

Anatomía de la boca

La boca es la abertura del sistema digestivo por donde entran los alimentos, sin embargo, su función no se limita exclusivamente a esto, vinculados a la boca o cavidad bucal (u oral) existen también otros órganos accesorios importantes en la función alimentaria, tales como los dientes, las glándulas salivares y la lengua. Veamos ahora algunos detalles de cada uno.

La cavidad bucal

Cavidad bucal
Figura 1. Corte sagital de la cavidad bucal.
Boca
Figura 2. Vista anterior de la cavidad bucal


La cavidad bucal (o simplemente boca) es una cavidad recubierta por mucosa y sus fronteras son: los labios anteriormente; las mejillas lateralmente; el paladar superiormente y la lengua inferiormente. El orificio anterior se llama orificio oral, y posteriormente la boca es continua con la orofaringe. Las paredes de la boca deben resistir un considerable rozamiento con los alimentos y por ello su mucosa está formada por epitelio escamoso estratificado en lugar del típico epitelio simple columnar. En las encías (gingiva), el paladar duro (la parte anterior del cielo de la boca), y la parte dorsal de la lengua el epitelio está reforzado con cierta cantidad de queratina? a fin de proveer protección extra contra la abrasión. La mucosa de la boca produce las llamadas defensinas cuando recibe algún daño. Las defensinas son agentes antimicrobiales, lo que explica que la boca, colocada en el "frente de batalla", sea tan saludable.

El espacio encerrado externamente por labios y mejillas e internamente por encías y dientes de llama vestíbulo, mientras que el área que yace dentro de dientes y encías es la cavidad oral propiamente dicha.

Los labios

La estructura anatómica de los labios consiste principalmente en un núcleo de músculo esquelético (orbicular de los labios) recubierto de piel.

Los labios son mucho más largos de lo que usted puede pensar y se extienden desde el margen inferior de la nariz hasta la frontera superior de la  barbilla. El área rojiza con la que se besa o se pinta con creyón de labios, se llama margen rojo y resulta una zona de transición entre la piel queratinizada y la mucosa oral. El margen rojo está pobremente queratinizado? y es translúcido permitiendo que el color rojo de los capilares subyacentes se vean a su través. No hay las características glándulas sebáceas y sudorífereas de la piel en el margen rojo, y deben humedecerse con saliva de vez en cuando para evitar su cuarteadura. Un pliegue en la zona media de los labios conocido como frenillo labial (figura 2) une la zona interna de cada labio con la encía.

Las mejillas

Las mejillas también están formadas principalmente por músculo esquelético (músculo buccinador) recubierto por piel, y juegan un cierto papel en la pronunciación, al igual que los labios y los dientes. También participa, en conjunto con los labios, en el acto de mantener los alimentos entre los dientes cuando se mastica.

El paladar

Forma el cielo de la boca y tiene dos partes distintas:
  1. Paladar duro: ubicado anteriormente y fundado en los huesos palatinos y las apófisis palatinas del hueso maxilar subyacentes. Forma una superficie rígida contra la cual la lengua presiona para mover los alimentos al masticar. Tiene una sutura medial que forma un reborde, el rafe palatino (figura 2), a cuyos lados la mucosa es algo rugosa para aumentar el rozamiento.
  2. Paladar blando: que es un pliegue formado principalmente por músculo esquelético con una proyección hacia abajo en el borde libre que recuerda un dedo conocida como úvula. El paladar blando se eleva como acto reflejo cuando se traga para cerrar el paso a la nasofaringe. Lateralmente, el paladar blando está anclado a la lengua por un par de arcos palatoglosales y más posterior lo hace a la orofaringe a través de los arcos palatofaríngeos. Entre ambos pares de arcos se encuentra la zona conocida como fauces que contiene las amígdalas palatinas+.

La lengua

Lengua
Figura 3. Vista superficial superior de la lengua.
Ocupa la mayor parte de la cavidad oral cuando se cierra la boca y está ubicada en el piso de esta. La superficie superior de la lengua muestra proyecciones de la mucosa subyacente conocidas como papilas (figura 3). Las papilas pueden ser de tres formas:
  1. Filiformes: estas papilas filiformes con forma cónica proporcionan a la lengua aspereza superficial que aumenta el rozamiento con los alimentos para facilitar manipularlos. También ayuda a lamer los alimentos semisólidos. Son las más numerosas y pequeñas y están alineadas en filas en la superficie superior de la lengua. La presencia de queratina les da un carácter espinoso y le confiere el color blanquecino a la lengua.
  2. Fungiformes: que como el nombre indica tienen forma de hongo y están dispersas sobre la superficie de la lengua presentando un tono rojizo debido a su núcleo vascular.
  3. Circunvaladas: cuentan solo entre 10 y 12 y se localizan en una fila con forma de V en el fondo de la lengua. Recuerdan las papilas fungiformes pero tienen un surco adicional alrededor.
Tanto las papilas fungiformes como las circunvaladas albergan los receptores gustativos.

Inmediatamente posterior a las papilas circunvaladas está el surco terminal, una ranura que separa las primeras dos terceras partes anteriores de la lengua que yacen en la cavidad bucal, del último tercio posterior que reside en la orofaringe. En el último tercio, las papilas desaparecen pero la superficie es accidentada debido a los nódulos de la amígdala lingual que yacen justo profundos a la mucosa.


La masa de la lengua está conformada principalmente por racimos de músculos esqueléticos entrelazados, los que sirven para sujetar la comida y reposicionarla constantemente entre los dientes. Estos movimientos mezclan los alimentos con la saliva y los van conformando en una masa compacta llamada bolo, el que luego empuja posteriormente hacia la faringe para iniciar el tragado. La ágil lengua es importante además para la pronunciación de las consonantes.

La musculatura de la lengua incluye fibras intrínsecas y extrínsecas. Las primeras están confinadas al interior de la lengua y no se anclan a huesos, mientras las segundas corren desde la lengua hasta los puntos de origen en los huesos del cráneo o del paladar duro. Los músculos intrínsecos se dirigen en varios planos diferentes lo que permite a la lengua cambiar de forma, hacerse más gruesa, o más delgada, más larga, o más corta, de acuerdo a la necesidad requerida para hablar o tragar. Por su parte los músculos extrínsecos sirven para alterar la posición de la lengua; la estiran y retractan, así como la mueven lateralmente.

En la zona media de la lengua existe un tabique de tejido conectivo, y en la mitad correspondiente de cada lado del tabique, existe una musculatura idéntica.

La lengua está sujeta al piso de la boca por un pliegue de la mucosa conocido como frenillo linguali el que limita su movimiento posterior.

Las glándulas salivares

Glándulas salivares
Figura 4. Ubicación de las glándulas salivares
Varias glándulas, ubicadas lo mismo dentro que fuera de la cavidad bucal, segregan la saliva. La saliva tiene diversas utilidades dentro de la cavidad bucal desde el punto de vista de la alimentación, las más importantes son:
  1. Limpia la boca.
  2. Disuelve sustancias de los alimentos y con ello nos permite degustarlas.
  3. Humedece los alimentos y con ello favorece a la formación del bolo.
  4. Contiene enzimas que comienzan la digestión de los almidones.
Algunas sustancias presentes en la saliva tienen importantes funciones fisiológicas entre las que están: mejorar la actividad de las enzimas, y proteger la cavidad oral. Podrá ganar acceso a la composición de la saliva aquí.

La mayor parte de la saliva se produce en tres pares de glándulas salivares situadas fuera de la cavidad bucal (extrínsecas) que drenan sus secreciones a ella a través de conductos (figura 4). Y estas son:
  1. Glándulas parótidas: son las más grandes, y yacen anteriores a los oídos entre el músculo macetero y la piel. Sus conductos, conductos parótidos, corren paralelos a los arcos cigomáticos?, perforan los músculos buccinadores y se abren en el vestíbulo cerca del segundo molar superiori.
  2. Glándulas submandibulares: con el tamaño de una nuez, estas glándulas yacen a lo largo de la zona medial del cuerpo mandibular. Sus conductos ruedan por debajo de la mucosa del piso de la cavidad bucal y desembocan en la base del frenillo lingual.
  3. Glándulas sublinguales: son las más pequeñas y están ubicadas anteriores a las glándulas submandibulares bajo la lengua. Tienen entre 10 y 12 conductos que vierten en el piso de la boca.
A la producción de saliva de las glándulas mayores descritas, se suma una pequeña cantidad producida por diminutas glándulas bucales (intrínsecas) distribuidas de forma dispersa en la mucosa de la cavidad bucal.

En mayor o menor grado las glándulas salivares tienen dos tipos de células secretoras:
  1. Células productoras de moco: que producen una solución filamentosa y viscosa.
  2. Células serosas: que producen una secreción fluida y acuosa que contiene las enzimas de la saliva, los iones y una mínima cantidad de mucina+.
Las glándulas parótidas contienen solo células serosas, mientras que las submandibulares y sublinguales contienen aproximadamente cantidades iguales de cada una.

Los dientes

Dentadura

Figura 5. Dientes deciduos y permanentes.

Estructura del diente

Figura 6. Estructura del diente
Los dientes y sus estructuras de soporte son necesarios para la trituración adecuada de los alimentos, el habla y para la apariencia. Los primeros dientes comienzan a aparecer aproximadamente a los 6 meses de edad cuando los incisivos centrales de la mandíbula inferior brotan, y la dentadura estará completa cuando surgen los segundos molares superiores a la edad de 24 meses (figura 5). Hay 20 dientes deciduos (que se caen), 10 en cada arco. A la edad de 6 años comienza el proceso de reemplazar los dientes deciduos "de leche" por los dientes permanentes. Para los 14 años de edad se completa la sustitución de los dientes deciduos por los permanentes pero los terceros molares (cordales) no irrumpen normalmente hasta los 17-21 años de edad para completar un total de 32 dientes, aunque hay casos de personas en las que los cordales nunca irrumpen.

Visto a groso modo, los dientes están conformados por dos partes (figura 6), la raíz y la corona. La raíz normalmente está por debajo del margen superior de la gingiva, la que es esencial para fijar los dientes a los tejidos circundantes. La corona es la parte del diente que está por encima de la gingiva y es responsable de la masticación. Cada diente tiene 4 componentes básicos:
  1. Esmalte: que está compuesto por una forma brillante, muy dura, y cristalina de sales de fosfato cálcico sin células. El grueso del esmalte es de 1.5 a 2 mm en la zona mas gruesa y protege la estructura subyacente del diente. El esmalte recubre la corona del diente y termina alrededor de la linea de la encía. Es la sustancia más dura del cuerpo y las células que lo producen degeneran una vez que el diente ha irrumpido, de modo que no queda cantidad alguna de ellas para hacer reparaciones. Consecuentemente, cualquier brecha en el esmalte causada por caries o grietas nunca sanará y debe ser reparada artificialmente.
  2. Dentina: con estructura de tipo ósea, yace debajo del esmalte, es mas blanda que este y constituye la mayor parte de la estructura del diente. Está atravesada por tubuladuras microscópicas denominadas túbulos dentinales que transportan los nutrientes desde la pulpa situada debajo de la dentina. La dentina protege la pulpa de daños mecánicos, térmicos o químicos. Las células que segregan y mantienen la dentina se llaman odontoblastos los que extienden alargadas proyecciones por dentro de los túbulos dentinales. Los odontoblastos son células de cuerpo esférico que yacen en la cavidad de la pulpa justo profundas a la dentina. La dentina se produce a lo largo de la vida del adulto y gradualmente invade la cavidad de la pulpa.
  3. Pulpa: ocupa una cámara que corre cerca del eje central del diente. Cuando alcanza la raíz se conoce como conducto radicular y está conectado con los tejidos que rodean el diente por una abertura en el extremo inferior de la raíz llamada foramen apical. La pulpa es esencialmente tejido blando compuesto por vasos sanguíneos y fibras nerviosas, las terminales nerviosas de la pulpa interpretan todos los estímulos que reciben como dolor.
  4. Cemento: con una naturaleza parecida a la del hueso, es más blando que la dentina y cubre la raíz del diente. Se extiende desde el contacto cemento-esmalte hasta el ápice (la punta de la raíz). De esta forma el diente está suspendido en el hueso pero no tiene continuidad con él. La función primaria del cemento es anclar el diente al ligamento periodontal a través de fibras periodontales.
Aunque el esmalte, la dentina y el cemento son todos calcificados y recuerdan al hueso, se diferencian de este en que son avasculares (no tienen vasos sanguíneos).

Al conjunto de los tejidos que soportan el diente se le llama periodonto y este abarca el propio cemento y además:
  1. El ligamento periodontal: que es de tejido conectivo y fija el diente al hueso alveolar que lo rodea y a la encía, proporcionándole soporte, forma, nutrición y sensibilidad.
  2. El hueso alveolar que lo abarca: que forma la cuenca donde se aloja el diente. Este hueso es fino y poroso y se adhiere a las fibras principales del ligamento periodontal y a la encía.
  3. La gingiva: es el tejido blando que rodea el diente. Normalmente de color rosado en contraste con el color mas rojizo del resto de la superficie de la cavidad bucal. La encía está queratinizada y se aferra al cemento por un grupo de ligamentos fibrosos periodontales.

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